Enfoque Internacional - El dilema de cómo relacionarse con los talibanes

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Mientras Rusia y China y Pakistán han dado muestras de simpatía hacia la toma de poder por parte de los talibanes en Afganistán, varios países de Occidente y de la OTAN muestran preocupación ante el tipo de Gobierno que este grupo pueda imponer en el país. La nueva generación de talibanes combina una vertiente diplomática forjada en los últimos años con una amalgama sobre terreno que va desde jóvenes sanguinarios sin educación hasta antiguos presos de Guantánamo  ¿Cómo relacionarse a partir de ahora con los talibanes que han tomado el poder en Afganistán? ¿Cuáles son las líneas rojas con un grupo con historial tan sanguinario y de violaciones de derechos humanos? Este es el gran dilema al que se enfrenta a partir de ahora la comunidad internacional.  "Cualquiera que quiera usar nuestro territorio contra otros países no se lo vamos a permitir en absoluto", insistió el principal portavoz talibán, Zabihulla Mujahid, en una intervención el pasado martes en la que repitió en tono conciliador que Afganistán busca buenas relaciones con todos los países. Pero los esfuerzos del grupo insurgente para abrir el diálogo con el mundo no han sido bien recibidos por varios países y organizaciones. Los talibanes "serán juzgados por los hechos, no por las palabras". Este es el tono de las declaraciones de los líderes occidentales el miércoles, desde el primer ministro británico Boris Johnson hasta el canciller francés Jean-Yves Le Drian Entrevistada por RFI, la periodista Pilar Requena, autora del gran ensayo "Afganistán" y muy conocedora del país sobre terreno, describe una doble faceta del grupo: la cara más "amable y diplomática" que el grupo ha aprendido durante los últimos años, y otra sobre terreno configurada por una amalgama que va desde jóvenes analfabetos que apenas han aprendido el Corán sin saber leer o escribir hasta miembros de la pasada generación de talibanes que pasaron por Guantánamo. La incógnita será a partir de ahora ver si toda esta amalgama tiene capacidad de gestionar el poder tomado según nos relata la experta.  Entre tanto, los insurgentes recibieron un saludo más cálido por parte de naciones como Rusia, China y Turquía, cuyos gobiernos ya han dado la bienvenida a las primeras declaraciones públicas del grupo Talibán.   Lavado de cara mediático El uso de las redes sociales y de los medios de comunicación tradicionales lo pone de manifiesto: los talibanes quieren ahora mostrar una nueva cara, demostrar que en 2021 el movimiento no es el mismo que en 2001. Firouzeh Nahavandi es socióloga y profesora de la Universidad Libre de Bruselas. Según ella, "ellos (los talibanes) han modernizado su discurso. Ahora están muy familiarizados con todas las tecnologías de la comunicación. Quieren mantener buenas relaciones con la comunidad internacional y los países de la región”. “Pero básicamente, el discurso sigue siendo muy dogmático. Las palabras del portavoz talibán del martes demuestran que no hay un cambio real de doctrina", apunta Firouzeh Nahavandi, autora de un libro titulado Afganistán (Editorial De Boeck). "Cada vez que él decía algo a favor de las mujeres, de que pudieran salir, trabajar e ir a la escuela, era inmediatamente contrarrestado por (la expresión) 'en el marco del Islam, en el marco de nuestros valores'...". Se trata de una evolución dictada por el pragmatismo, las lecciones de un primer fracaso de ejercicio del poder, pero que por el momento se esfuerzan por convencer en Afganistán y en el extranjero. Por el momento, sólo Rusia ha mencionado "señales alentadoras" de los talibanes. (Con AFP)