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Hoy hablamos de un tema que muchos olvidan, y al hacerlo se convierten en presas fáciles de gente con pocos escrúpulos: Escribir es una actividad económica. Así de claro. Puede ser por cuenta propia (autoeditarte) o por cuenta ajena (ser publicado por una editorial) pero, una vez tu obra cruza el umbral de tu ventana, o procesador de textos, se convierte en una actividad económica con todas las consecuencias. No lo olvides, y no dejes que te hagan olvidarlo. Me puedes encontrar en javierlacomba.com