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1897- El poeta alemán Rainer Maria Rilke conoce a Lou Andreas-Salomé, alumna de Freud y antigua conocida de Nietzsche, casada y catorce años mayor que él, con la que sostuvo un apasionado romance que duraría dos años más aunque se mantendrían siempre en contacto, ella como confidente, siempre intentando proteger la atormentada personalidad del poeta porque, sabía, que de esas tempestades venía también la inspiración. Se veían cada tanto, Rilke sostuvo que sus encuentros con Lou podían cambiar radicalmente su angustia, así es que las cartas contribuyeron notablemente a la superación de sus constantes inquietudes. Lou, por su parte, no sólo asistió al poeta con su pasión y su conocimiento sicoanalítico, sino que a través de sus cartas ella misma fue transformándose en una notable escritora. Se encendía y se compadecía la Salomé porque recibía cartas como esta. En la voz, Bárbara Espejo.