Miscellaneous
En busca del cuerpo perfecto. ¿Perfecto? A Silvina Luna le inyectaron una sustancia en los glúteos que puso en riesgo su salud; Carmen Barbieri gastó 165 mil pesos en cirugías varias, Vicky Xipolitakis parece ser adicta al quirófano. Los famosos, principalmente ellas, son la punta del iceberg de esta ansiedad social por hacer y deshacer el propio cuerpo según estándares de belleza que impone el mercado. ¿Vale la pena la inversión en siliconas, botox, implantes, el estrés de la salud en peligro que manda la tiranía del espejo? Moldearse según un canon externo es una carrera inútil. Nunca será suficiente. Siempre habrá alguien más "tuneado", más joven, más "hecho a medida". ¿Cuál es el objetivo de buscar esa imagen que quién sabe cuándo y cómo se gestó en el imaginario colectivo y en el de cada uno? Desde aquella acomplejada madrastra de cuento que consultaba al espejo obsesivamente para ser vista como la más bella, compitiendo con Blancanieves hasta las mujeres de hoy (famosas y no) que intentan emular a las muñecas Barbie (que por cierto son eso, muñecas y no mujeres), el modelo de belleza fue tan cambiante como el mundo en que vivimos. Algunas dirán que es una cuestión de elevar la autoestima; otras que es una necesidad laboral cada vez más exigente. Los escenarios, el HD, el photoshop ayudan, pero no alcanzan. Nada parece ser suficiente. Esa búsqueda de lo milagroso, tan ancestral como la existencia humana, ahora se vuelve más cruenta, sobre todo cuando se trata del cuerpo femenino. Y más frenética. Ya no es sólo hacerse un retoque para verse mejor, ya es sumar y sumar cicatrices, estiramientos, inyecciones, y prótesis a ver quién tiene más. Ya no es suficiente comprarse un par de zapatos, dos, tres. Ahora pasa por comprarse "lolas", "colas", bocas, pómulos. Casi como un estilo Jack El Destripador en versión solapada o un Frankestein armonioso y bello pero en base a metacrilatos, inyecciones, siliconas y otros materiales. Pero ¿eso es la belleza? Y con la belleza, ¿alcanza? ¿Y lo que no se puede comprar? ¿La gracia, la seducción? ¿Vivimos una época en que la batalla es entre lo natural versus lo artificial? Se proclama por todos lados una necesidad de lo ecológico, lo orgánico, lo natural. Sin embargo, la belleza, para muchos, depende cada vez más de lo artificial. Se dice que, a cierta edad, cada uno tiene la cara que se merece porque en la piel quedan las huellas de lo vivido. Pero si un cirujano se ocupa de borrar todas las huellas, ¿qué queda? La respuesta, seguro, no está en el espejo. http://www.clarin.com/extrashow/fama/Precio-cuerpo-perfecto-cirugias-farandula_0_1192681147.html