En el momento de la partida, Lentejov tenía una cara grave, soberbia, y, despidiéndose de las chicas, no pronunció una sola palabra. Pero tomó el ciaderno de Katia y escribió, en recursdo de su visita: "Montigono, garra de gavilán".
Relatos cortos para mentes largas.
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En el momento de la partida, Lentejov tenía una cara grave, soberbia, y, despidiéndose de las chicas, no pronunció una sola palabra. Pero tomó el ciaderno de Katia y escribió, en recursdo de su visita: "Montigono, garra de gavilán".