Y aún ahora, a pesar de mi bonachona calva, mi pacífica panza y aspecto obediente, me mira de reojo y no se siente a sus anchas en mi presencia. Por lo visto el odio, como el amor, no se olvida.
Relatos cortos para mentes largas.
Arts
Y aún ahora, a pesar de mi bonachona calva, mi pacífica panza y aspecto obediente, me mira de reojo y no se siente a sus anchas en mi presencia. Por lo visto el odio, como el amor, no se olvida.