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El surrealismo llegó de la mano del VAR para convertir al deporte rey en una corriente artística. Dicen que lo que lo rodea al fútbol necesita de la salsa de la discordia y de las decisiones controvertidas, lo que luego genera días y días de tertulia, pero, ¿por qué el dueño de la batidora de la que salen la mayor parte de ellas tiene que ser el Almería? El zapatazo de Robertone, que a algunos le valió una afonía innecesaria, fue llevado al ostracismo por la sala maldita donde se urden las mayores fechorías. Vente a una tertulia, contra todo pronóstico, sosegada donde Paco Gregorio, director de deportes de Diario de Almería, se une a César Vargas, Alejandro Asensio y Miguel Rodríguez en la reflexión.